UNIVERSIDAD
ABIERTA Y A DISTANCIA DE MEXICO
PROFESOR:
JOSE ANGEL RAMOS GARCIA
ALUMNO:
ADOLFO LUCIANO HERNANDEZ LOPEZ
ACTIVIDAD
1 DEL EJE 4.
EL
CEREBRO ADICTO.
Introducción.
Las drogas son sustancias que tienen
la propiedad común de afectar la transmisión nerviosa; y en este resumen
veremos la acción de las drogas sobre el
psiquismo y describe los mecanismos neuroquímicos de dependencia.
La drogadicción hoy se reconoce como una enfermedad y se sabe cómo
tratarla. Casi
todos conocemos algún caso de adicción: amigos, familiares o compañeros adictos
al alcohol, al tabaco, a medicamentos legales o a drogas ilícitas. El objeto de
la adicción puede variar, pero la respuesta conductual es similar, ya que todas
estas adicciones provocan la misma reacción en la química del cerebro. Este
descubrimiento ha alterado la forma de considerar, prevenir y remediar las
adicciones.
Cuando
la ciencia comenzó a estudiar la conducta adictiva en la década de 1930 se
pensaba que las personas adictas a las drogas y al alcohol tenían una moralidad
deficiente y carecían de fuerza de voluntad.
La
adicción se considera hoy una enfermedad del cerebro porque las drogas
modifican la química, la estructura y el funcionamiento de ese órgano.
Desarrollo.
Al ingresar en el cerebro las drogas obstaculizan su sistema de
comunicación e interfieren en el proceso normal de intercambio de información
neuronal. Recordemos que las células nerviosas se comunican por medio de
sustancias químicas llamadas neurotransmisores que llevan mensajes entre ellas.
Una neurona libera el neurotransmisor, que cruza un espacio interneuronal,
conocido como sinapsis, y se adhiere a un receptor (una proteína) en otra
neurona. Neurotransmisor y receptor embonan como una llave en una cerradura.
La mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un
neurotransmisor llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las
sensaciones de placer. "El cerebro está condicionado a repetir conductas
que permiten la supervivencia y las drogas actúan produciendo una activación
mucho mayor de la que ocurre en las situaciones naturales de recompensa",
explica la doctora Medina Mora. "El cerebro pierde la capacidad de sentir
placer por las recompensas naturales, pues se acostumbra rápidamente a las
dosis masivas" de dopamina que se producen al consumir una droga, y lo
hace reduciendo su producción natural, o bien disminuyendo la cantidad de
receptores que captan la señal de este neurotransmisor. Así, cuando falta la
droga el cerebro ya no cuenta con dopamina suficiente y la persona deja de
disfrutar cosas naturalmente placenteras, lo que conduce a la apatía y a la
depresión. "Cuando el cerebro comienza a adaptarse a altos niveles de
dopamina, el individuo tiene que usar más y más droga para obtener el mismo
efecto", añade Rubén Baler. Es decir, se desarrolla tolerancia a la droga.
En el individuo que ha llegado a esta etapa, la falta de droga provoca el
llamado síndrome de abstinencia, con síntomas como ansiedad, irritabilidad,
náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y psicosis, y puede
llevar a la muerte.
Como todo lo que influye en nuestra salud física y mental, la
propensión a las adicciones proviene de varios factores biológicos y
ambientales. "Los factores genéticos más o menos explican 40 o 60% del
riesgo total. El resto son factores ambientales, sociales, culturales,
dietéticos. Todo tipo de factores que no entran en el biológico", señala
Baler y agrega que no existen personas sin riesgo genético absoluto. "No
se trata de uno o cuatro genes que sean malos".
Tenemos miles de genes. A fin de cuentas, el que se manifieste el
comportamiento adictivo dependerá tanto de lo genético como del entorno. Así,
incluso si un individuo tuviera genes que propician el comportamiento adictivo,
si en su entorno no se usan drogas o si su comunidad de compañeros y amigos no
las consume, será muy improbable que el individuo desarrolle adicción
simplemente porque hay una interacción positiva y robusta entre la parte
biológica y la parte ambiental.
"Toda la parte del cerebro que es responsable del juicio,
raciocinio y control de la conducta se desarrolla hasta los veintitantos
años", explica la doctora Medina Mora. Como los adolescentes suelen tomar
sus decisiones a partir de las emociones y no del juicio y el raciocinio, es
más probable que abusen de las sustancias. El problema principal es que en esa
etapa de desarrollo el cerebro es mucho más vulnerable. "La adolescencia
es una época en la que se están desarrollando todas las conexiones y exponer el
cerebro a las drogas a esa edad tiene consecuencias mucho más dañinas",
indica la especialista. Los daños que causa la mariguana en el cerebro pueden
ser reversibles en las personas que la empiezan a consumir en la edad adulta,
pero no hay evidencia de que lo sean cuando el abuso comienza en la
adolescencia.
Un descubrimiento, realizado por investigadores del Scripps
Research Institute de California en estudios con animales, en 2010, sugiere que
los mismos mecanismos cerebrales que participan en la adicción a las drogas
aparecen en la compulsión de comer y el consecuente desarrollo de la obesidad.
En ambos casos el exceso puede provocar una descompensación en el circuito de
recompensa; en los comedores compulsivos, los impulsa a buscar alimentos ricos
en grasas. Esta similitud hace pensar que muchas de las compulsiones, o
conductas adictivas humanas (por ejemplo, adicción al sexo y a los juegos de
azar) podrían tener relación con desequilibrios de dopamina o de otros
neurotransmisores. Así, aunque en principio estas conductas no sean adictivas,
pueden llevar a la adicción.
Todas las adicciones pueden tener graves consecuencias para la
salud y las relaciones humanas y, por tanto, para el bienestar personal,
familiar y social. Este trastorno afecta varios circuitos cerebrales. "No
solamente el circuito que calcula la recompensa", dice Rubén Baler,
"sino también los relacionados con el aprendizaje, con la memoria, con el
control de emociones, con la toma de decisiones; son varios circuitos. Todos
interactúan entre sí y muestran una disfunción en el adicto". Asimismo,
dependiendo de la sustancia y del tiempo que se haya empleado, los efectos
sobre la salud pueden ir de enfermedades cardiovasculares, enfisema o cáncer,
al desarrollo de trastornos mentales irreversibles.
Por tanto, el tratamiento debe definirse según la persona, el tipo
de sustancia, el ambiente en que vive y sus recursos, internos y externos. No
se intenta resolver únicamente el problema bioquímico, sino considerar al
individuo y su contexto: su familia y su lugar de trabajo. En definitiva, se
requiere una terapia multidimensional que procure entrenar nuevamente un
cerebro que aprendió algo totalmente anormal, pues la adicción, en última
instancia, es una enfermedad de aprendizaje.
Como la diabetes, la adicción es crónica e incurable. Así, siempre
se pueden sufrir recaídas. Pero la probabilidad de recuperación es similar a la
de la diabetes y puede controlarse para mejorar la calidad de vida. En
consecuencia, la recaída no debe considerarse como el fracaso del tratamiento; sólo
indica que éste tiene que repetirse. La doctora Medina Mora señala que si
entendemos que la adicción es una enfermedad y que la recaída forma parte de
ella, un tratamiento exitoso no debe medirse sólo por la abstinencia, sino por
la disminución de las recaídas, así como de su gravedad y duración. "Esto
realmente mejora la condición de salud y los periodos de abstinencia
incrementan la esperanza de vida".
Conclusiones:
El
conocer sobre el tema de las drogas es muy importante, porque ya no se debe
clasificar como que una persona es de moral deficiente, sino que es una
enfermedad ya que interfieren neurotransmisores como la dopamina para la
dependencia a esas drogas, conocer los efectos es importante ya que nos pueden
llevar a daños irreversibles en el corazón, cerebro o incluso la muerte, la
prevención de este tipo de adicciones es importante ya que si uno está bien
informado puede ayudar a los demás a prevenir y así no sufrir daños
catastróficos en la vida o en la de un familiar, esta lectura me pareció muy
interesante ya que nos abre un panorama distinto a lo que conocemos, ya que nos
habla de los avances que se tiene sobre este tema y sobre su importancia
bioquímica, psicológica y social, ya que como futuros Licenciados en derecho
tendremos que conocer este tipo de adicciones y problemas asociados para así
poder ayudar a personas que padezcan de este mal o bien saber si una persona
que actuó bajo los efectos de una droga puede ser o no reversible su conducta y
dar consejos o tips a las instancias correspondientes.
¿El
porqué elegí este tema? Me pareció interesante el título del libro ya que llama
mucho la atención, y en el desarrollo fui descubriendo cosas nuevas sobre las
drogas que no veía desde hace mucho tiempo, y con ello pude profundizar en el
tema y poder explicarle en un futuro a mi hijo sobre las drogas y sus
consecuencias.
Bibliografía.
1. Guerrero Mothelet, V. (2013). El cerebro adicto. ¿Cómo
ves?, N°. 177, (Pp. 10-14). México: UNAM. Recuperado el 13/04/15, de:
http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/177/el-cerebro-adicto
2. Denis Richard. Las Drogas. 2002. https://books.google.com.mx/books?isbn=9682323487
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